La excusa de PISA.

Tal vez nunca seamos educativamente Finlandia, por desgracia, y ojalá nunca seamos Corea del Sur. Pero fiel a su cita, el informe PISA nos saca los colores y los voceros de siempre, analizando los datos peor que un alumno de 3º de ESO,  proclaman a diestro y siniestro que hace falta una reforma de nuestro sistema educativo, apoyando, tal vez no desinteresadamente, la que se avecina con la LOMCE.

Que hacen falta cambios nadie lo duda, pero tal vez no tanto del sistema como de sus gestores; no tanto del espíritu como de su aplicación, no tanto de las normas como de las personas y mentes. Y la LOMCE no va por ese camino, se ampara en la excusa de PISA para desmontar lo poco bueno que tenemos y apostar por una educación al gusto de las corporaciones, que buscan mano de obra barata y élites ilustradas que la dirijan, y que se mezclen lo menos posible desde su infancia. Una cosa tengo clara. Igual que ni la LOGSE, ni la LODE, ni Dios cambió la forma de dar la clase de muchos de los docentes españoles, que siguen aplicando las fórmulas del tan añorado BUP, aunque olvidan muchas de la EGB que equivaldría a nuestro 1º y 2º de ESO; ni la LOMCE ni Wert van a cambiar mi forma de entender la enseñanza y el aprendizaje, que por cierto tienen mucho del espíritu avemariano que impregnó mi EGB. Hasta que me echen, claro.

Os invito a la lectura de este interesante artículo:

Informe PISA: hay que mirar a Finlandia, pero mucho más a Suecia.

En él podréis comprobar algunas cosas que no difunden mucho los medios de comunicación, como el hecho de que tras cambiar a un sistema cercano al que propone nuestra LOMCE, Suecia ha pasado en diez años de estar bastante por encima de la media de la OCDE a tener peores resultados que España en los tres indicadores que se miden.

Juan Miguel Mendoza Garrido.