Lamento y esperanza de Luis Cernuda.

Lo bueno de la buena poesía es que parece recién escrita y para la ocasión. No pasa por ella el tiempo. O a lo mejor es que España, sea lo que sea, es inmutable, aunque se vista de seda que más temprano que tarde se volverá harapos. Este lamento y esperanza de Luis Cernuda se escribió aproximadamente en 1940, recién acabada la guerra incivil. En mi juventud me parecía de plena actualidad, en mi madurez me lo sigue pareciendo, tal vez en mi vejez las cosas hayan cambiado.

En el 50 aniversario de la muerte del ciudadano Luis Cernuda. El poeta nunca nos abandonará.

LAMENTO Y ESPERANZA

Soñábamos algunos cuando niños, caídos

en una vasta hora de ocio solitario

bajo la lámpara, ante las estampas de un libro,

con la revolución. Y vimos su ala fúlgida

plegar como una mies los cuerpos poderosos.

Jóvenes luego, el sueño quedó lejos

de un mundo donde desorden e injusticia,

hinchendo oscuramente las ávidas ciudades,

se alzaban hasta el aire absorto de los campos.

Y en la revolución pensábamos: un mar

cuya ira azul tragase tanta fría miseria.

El hombre es una nube de la que el sueño es viento.

¿Quién podría al pensamiento separarlo del sueño?

Sabedlo bien vosotros, los que envidiéis mañana

en la calma de este soplo de muerte que nos lleva

pisando entre ruinas un fango con rocío de sangre.

Un continente de mercaderes y de histriones

al acecho de este loco país, está esperando

que vencido se hunda, solo ante su destino,

para arrancar jirones de su esplendor antiguo.

Le alienta únicamente su propia gran historia dolorida.

Si con dolor el alma se ha templado, es invencible;

pero, como el amor, debe el dolor ser mudo:

no lo digáis, sufridlo en esperanza. Así este pueblo iluso

agonizará antes, presa ya de la muerte,

y vedle luego abierto, rosa eterna en los mares.

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Un pensamiento en “Lamento y esperanza de Luis Cernuda.

  1. Gema

    Esa contraposición entre la REALIDAD y el DESEO tan cernudiana, de hondas raíces románticas ( en lo que a rebeldía y a lucha contra lo establecido se refiere, es decir, en sentido histórico, no la lectura actual edulcorada del término romanticismo); el ideal, el sueño de que este país no fuera lo que era sigue siendo, lamentablemente, un tema de rabiosa actualidad, pero hay que ser optimista. Enlazando con el artículo que publicaste ayer sobre los sueños de una educación mejor. Pues eso, seamos románticos como Cernuda, soñemos (esta vez sin el choque con la realidad, que todo llegará). Curiosamente hoy me he traído de vuelta a casa un libro que he prestado (adoro prestar libros, ya lo sabes). Se titula «La mujer justa», NOVELA con mayúsculas del autor húngaro Sándor Marai, que concluye con una frase que al releerla me ha cargado de ilusión, así que vamos a quedarnos una vez más con la buena literatura:
    » La cultura es cuando una persona o un pueblo se colma de una ALEGRÍA inmensa. Dicen que hubo una época en la que los grieg
    os fueron cultos porque todos sabían alegrarse. ¡Imagínate un pueblo que vive con alegría. Y esa alegría es la cultura».
    Por hoy, aunque sólo sea por hoy, imagina que nuestro país algún día es como el pueblo griego y adquiere no la alegría de la ignorancia (la España de charanga y pandereta de don Antonio Machado, otro gran poeta al que siempre es grato volver), sino la de la cultura.
    Gracias por Cernuda en este blog, gracias por la cultura. Al releer el poema (pese al contenido) me he alegrado mucho.

    Gema.

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